Nacionales
Gobierno destina $ 572 millones menos a subsidios en combustibles que los calculados en 2021, según proforma presupuestaria 2022

Ecuador destinará en 2022 $ 1.328 millones a los subsidios de los combustibles en el país. Se trata de una cifra que representa $ 572 millones menos de lo que el Gobierno había calculado entregar en subsidios en el 2021 y cuya cifra ascendía a $ 1.900 millones.
Así consta en la proforma presupuestaria 2022 entregada el sábado pasado a la Asamblea y que será tratada en la Comisión de Régimen Económico. De acuerdo con el documento, los subsidios en su totalidad (que incluyen combustibles, bonos para familias vulnerables y las contribuciones a la Seguridad Social) llegarán a $ 5.123,17 millones, por lo que los combustibles tienen un peso de 26 % de ese rubro.
Así, el Gobierno reduce de manera importante los subsidios a combustibles, aunque continúan siendo altos los subsidios para el diésel y para el gas licuado de petróleo (GLP) o gas doméstico. Este año se asignan $ 53 millones para gasolinas, $ 406 millones para diésel y $ 768 para GLP. Comparando, en 2021 el Gobierno calculaba gastar en subsidios $ 320 millones para gasolinas, $ 721 millones para diésel y $ 813 millones para gas licuado de petróleo (GLP).
El régimen había estado aplicando un sistema de bandas de precios que le permitió incrementar de manera paulatina los precios, pero recientemente tomó la decisión de congelar los precios, frente al malestar que había generado en la ciudadanía, el sector indígena y de transportes dicha subida.
En todo caso, el Gobierno explica en la proforma que con la estructura actual los subsidios no llegan a quienes más los necesitan. Por ejemplo, en el caso de combustibles lo reciben quienes tienen vehículos de alta gama que podrían costear un precio real de gasolina, lo mismo ocurre con el subsidio del gas en el cual “es evidente que buena parte de este subsidio termina en los sectores más comerciales”. En este sentido, indica que es necesario continuar con la focalización de estos para que lleguen a quienes realmente necesitan.
El Gobierno también argumenta que Ecuador a la fecha es el quinto país de América del Sur con precios de los combustibles más bajos, pero si comparamos con los mismos países de la región el costo de otros bienes y servicios, el país registra precios mucho más altos.
Oswaldo Erazo, director ejecutivo de la Cámara de Distribuidores de Derivados de Petróleo (Camddepe), explicó que ha habido un cambio en la estructura de los subsidios, que convierte al GLP en el combustible más subsidiado cuando anteriormente el principal combustible subsidiado era el diésel.
Erazo considera además que mientras se subsidien los combustibles fósiles, esto va en contra del medio ambiente. En el Ecuador esto cuenta con un agravante, pues la calidad del combustible en el país es mala. Para Erazo, lo ideal sería que no se subsidie y que haya una mejor calidad. Sin embargo, asegura que ahora es el momento de iniciar con el debate sobre la transición a una economía pospetrolera, con utilización de energías más limpias.
El tema de los subsidios a los combustibles ha estado en el debate mundial en estos días, sobre todo mientras se desarrolla la COP26, una cumbre mundial en la cual los países discuten temas ambientales y sus posibles soluciones. En ella, la aparición virtual del dinosaurio Frankie que ha reprochado a los países su insensatez al apoyar el cambio climático subsidiando con miles de millones de dólares los combustibles fósiles ha dejado una gran reflexión.
En todo caso, el presidente ecuatoriano Guillermo Lasso ha indicado en dicha cumbre que Ecuador tiene una clara meta de reducir el 22,5 % de las emisiones hasta el 2025. También ha explicado que la política más ambiciosa “es el proceso de construcción del plan nacional de transición hacia la descarbonización de la economía para 2050″. En esta línea se piensa promover proyectos de inversión en movilidad eléctrica, energías renovables; agricultura, turismo, hábitat sostenibles y economía circular.
El Gobierno se comprometió a reducir sus emisiones de gas metano, dentro del marco de la meta mundial de bajar dichas emisiones en un 30 % hasta el 2030. Lasso anunció que Ecuador se une al Compromiso Global por el Metano.
En este tema, el país tiene una gran tarea. De momento existen al menos 447 mecheros de gas asociado que se queman en la Amazonía. Los mecheros del Oriente tienen un porcentaje de 30 % de metano (gas natural) y un 25 % de propano y butano (GLP).Adicionalmente, en Bajo Alto se quema un mechero de gas metano puro por al menos 2 millones de pies cúbicos diarios, es decir, una cifra equivalente a 440.000 galones de diésel al mes en energía.En este caso, transportistas de El Oro han entregado una propuesta al Gobierno para poder aprovechar este gas puro en su operación. (I)
Subsidio a la Seguridad Social se fija en $ 2.254 millones en proforma
En la proforma 2022, que deberá ser tratada en los próximos días por la Comisión de Régimen Económico, en los próximos días, los subsidios o contribuciones a la Seguridad Social llegarán a $ 2.254,06 millones. Se trata del mayor subsidio, por encima de combustibles y bonos sociales. De esta cantidad, $ 1.583 millones se destinarán para el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), $ 573 millones para el Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas (Issfa) y $ 136 millones para el Instituto de Seguridad Social de la Policía (Isspol).
Los rubros para Seguridad Social, especialmente los que tienen que ver con el IESS no están llegando de manera puntual a la entidad.
De lo que se conoce hay un gran parte de pagos del 2021 que no se hicieron. Adicionalmente, en 2022, de acuerdo al plan de financiamiento el Ministerio de Economía y Finanzas ha indicado que se le podría llegar a pagar al IESS unos $ 1.000 millones.
Entre tanto, los subsidios para Desarrollo Social están en el orden de $ 1.470,99 millones, destinados al Bono de Desarrollo Humano y pensión de adulto mayor, principalmente.
Entre tanto, del total $ 1.470,93 millones de subsidios a desarrollo social, $ 1.256,14 millones van destinados a bonos y $ 214,79 millones a ayudas sociales. En cuanto a los bonos, un 47% será destinado para el Bono de Desarrollo Humano, 29% a la pensión Mis Mejores Años y Adultos Mayores, 9% al Bono Joaquín Gallegos Lara; un 8% a la pensión Toda Una Vida y pensión para Personas con Discapacidades. (I)
El Universo
Nacionales
¿Quién es la vicepresidenta electa María José Pinto? La empresaria textil que dio el salto a la política

María José Pinto González Artigas nació en 1986. Era, hasta hace más de un año, ejecutiva de Empresas Pinto, aunque todavía es accionista con un capital de casi dos millones de dólares, según la Superintendencia de Compañías. Ahora es la vicepresidenta electa que asumirá funciones el 24 de mayo junto a Daniel Noboa, tras su victoria en segunda vuelta.
Pinto inició en política a finales de 2023, cuando el presidente Daniel Noboa la designó como titular de la Secretaría Ecuador Crece Sin Desnutrición Infantil. En el 2024 dejó su cargo para dedicarse a la campaña y acompañar a Noboa en su recorridos, como el rostro social con las mujeres y los niños.
Hasta hace unos nadie habría imaginado que ella incursionaría en política a pesar de que su padre, Mauricio Pinto, heredero y gerente de Empresas Pinto, fue ministro de Industrias, ministro de Economía, representante ante de la Junta Monetaria y hasta presidente de la Consejo Nacional de Modernización del Estado, durante el gobierno de Sixto Durán Ballén.

De los textiles a la política social
María José Pinto terminó el colegio y se fue a estudiar alta costura en París. Sus profesores y familiares, sobre todo su papá, la veían estudiando una ingeniería para que ella continuara el legado empresarial, pero inicialmente ella tomó otro rumbo. Trabajó en una casa de modas en Ámstedam y Dubai.
Finalmente, regresó a Ecuador a sus 24 años para laborar en la empresa familiar. Empezó en cargos medios y cuatro años después ocupó la gerencia de Innovación y otros puestos empresariales que dejó para trabajar en el gobierno de Daniel Noboa.
Entre sus estudios académicos, Pinto González cursó el Master of Business Administration en el INCAE, de Costa Rica, y varios diplomados en el IDE Business School, uno de ellos el de Mujeres en Gobierno Corporativo. Justamente una de sus ambiciones ha sido la participación de las mujeres en la alta gerencia empresarial. Por eso es cofundadora y miembro de Mujeres por Ecuador, organización desde la cual se promueven estrategias para este fin. Y tiene una posición en la Asociación de Industriales Textiles de Ecuador.
Como empresaria hizo ayuda social en comunidades indígenas con proyectos para niños y mujeres, motivo por el cual Noboa la designó a la Secretaría Ecuador Crece Sin Desnutrición Infantil y, en julio de 2024, la eligió como binomio presidencial. Ella sería el rostro de la labor social. Aunque acompañó al presidente candidato Daniel Noboa en los recorridos de campaña, su imagen no trascendió mucho.

No obstante, ahora que el binomio de ADN ganó la Presidencia en esta segunda vuelta, Pinto está tomando un papel protagónico con mensajes de unidad. Tres días después de la victoria publicó un video en sus redes sociales en el que hizo un llamado a bajar el tono de la confrontación, “para los que votaron y no votaron por nosotros”, decía.
Un día más tarde emitió otro video con el siguiente mensaje:
Aún no se conoce exactamente qué papel cumplirá Pinto en la gestión de Noboa que empieza el próximo 24 de mayo. El presidente tiene la atribución de encargar lo que él considere deben hacer su vicepresidenta. Guillermo Lasso, por ejemplo, encargo a su vice, Alfredo Borrero, el sector de la Salud. Daniel Noboa, designó a su primera vicepresidenta, Verónica Abad, como embajadora en Israel, algo que fue interpretado más como un exilio.
Las coincidencias de Pinto con Noboa
Esta vez, Daniel Noboa tuvo la oportunidad de escoger a su binomio. En la elección pasada los movimientos Pueblo, Igualdad y Democracia (PID) y Mover, con los que hizo alianza para lanzarse por primera vez, le impusieron a Verónica Abad. Ahora con partido propio, ADN, escogió a su amiga y funcionaria.
Varias cosas los unen. Los dos son menores de 40 años y herederos empresariales de compañías que tienen décadas: Empresas Pinto y Grupo Noboa. Las dos familias y empresas vivieron problemas en el gobierno de Rafael Correa.
Al grupo Noboa le incautaron la hacienda bananera La Clementina, por deudas tributarias con el SRI, para entregársela a sus trabajadores. Paralelamente, la empresa de textiles Pinto trasladaba una de sus plantas hacía Perú, ya que su personal estaba manejado por otra compañía y el gobierno eliminó la tercerización. A Mauricio Pinto, padre de la ahora vicepresidenta electa, el Ministerio de Trabajo le impuso una multa de más de 400 mil dólares, por no recontratar a los trabajadores de la planta que había trasladado a Perú. Incluso hubo una insólita orden de prisión en su contra, que luego fue retirada. Pero la llaga quedó latente.
Las familias de ambos han aspirado y ocupado el poder político. Álvaro Noboa, papá de Daniel, fue presidente de la Junta Monetaria en el gobierno de Abdalá Bucaram y cinco veces candidato a la presidencia. El padre de María José, Mauricio Pinto, ocupó varios cargos en el gobierno de Sixto Durán Ballén.
Pero hay más coincidencias y pasado en común, Mauricio Pinto fue asesor de Luis Noboa, abuelo de Daniel, en sus empresas.
Noboa y Pinto, los dos jóvenes empresarios que unió la política, comandarán el país hasta el 2029. Fuente: Vistazo
Nacionales
¿Se acerca el declive del correísmo? De la hegemonía política a perder tres elecciones presidenciales

Todos los analistas políticos coinciden en que Rafael Correa es el motivo por el cual el correísmo siempre queda finalista para disputar la Presidencia, pero en el balotaje no logra llegar a Carondelet por culpa de la incontinencia verbal del mismo Correa y todo lo que implica su figura.
Hoy, el movimiento atraviesa una crisis quizá más profunda que las anteriores: no solo perdieron la tercera elección consecutiva, en la que su candidata prácticamente no sumó votos entre la primera y segunda vuelta, sino que se están exponiendo marcadas divisiones internas.
La misma noche del domingo 13 de abril, Luisa González y Rafael Correa no reconocieron el triunfo de Daniel Noboa, mientras parte de las figuras más destacadas del correísmo, los alcaldes Aquiles Alvarez y Pabel Muñoz, y las prefectas Marcela Aguiñaga y Paola Pabón, se aprestaban para colaborar con el presidente reelecto.
Quizá es el inicio de una reconfiguración del correísmo. La última baja fue Mónica Salazar, asambleísta reelecta por la provincia de Los Ríos, que anunció su separación de movimiento, sobre todo, por diferencias con Luisa González, según dijo.

¿Se desarma el correísmo tras el triunfo de Noboa?
El movimiento surgió en 2006 con el membrete de Alianza PAÍS: un discurso progresista para acabar con la “partidocracia”, que al poco tiempo se convirtió en un régimen autoritario ajeno a la crítica. Correa mejoró los indicadores sociales, beneficiado por la bonanza petrolera y la deuda con China, pero no cambió la matriz productiva. Desde el 2015, la economía empezó a retroceder y el crecimiento de la burocracia que impulsó la Revolución Ciudadana ya no podía sostenerse con bajos precios del petróleo. Empezaron a hablar de inversión privada extranjera, de vender el Banco del Pacífico o de concesionar hidroeléctricas, pero no les resultó.
En 2015 el mismo Correa propuso cambiar su Constitución de Montecristi que, aparentemente iba a durar 300 años, para introducir una reforma que permitiera la reelección indefinida. No obstante, en 2017 no se lanzó y puso a Lenín Moreno, quien lo “traicionó”.
Muchos dijeron que ese sería el final del correísmo. Quedó fraccionado, perdió militantes, pero no murió. Moreno terminó quedándose con el membrete de Alianza PAÍS, que luego acabó sepultado; los correístas, por su parte, inscribieron el movimiento Revolución Ciudadana.
Con el pasar del tiempo el correísmo perdió el lugar hegemónico que logró entre 2007 y 2017, pero luego de eso se convirtió en la oposición que dirime la coyuntura. A Moreno apenas lo dejaron terminar su mandato. A Guillermo Lasso lo arrinconaron hasta que decretó la muerte cruzada y con Noboa se han declarado la “guerra». La derrota de esta elección presidencial es un golpe, pero no su final.

“Ya han dicho muchas veces que es el fin del correísmo y vemos cómo tienen las principales alcaldías y prefecturas. Han estado en todas las elecciones disputando la Presidencia. Hay que entender que la única organización política sólida, con bases y con afán de permanencia es el correísmo”, dice Mauricio Alarcón, analista y director de Fundación Ciudadanía y Desarrollo.
La Izquierda Democrática, que era uno de los partidos con bases y que funcionaban de manera estructurada, ahora prácticamente está borrada del mapa, y el Partido Social Cristiano apenas logró poner cuatro asambleístas en estas elecciones. “El resto de organizaciones han nacido al calor del ‘anticorreísmo’, como CREO con Guillermo Lasso. Pero son partidos personalistas que no logran trascender. ¿Dónde están?”, cuestiona Alarcón. El mismo camino tuvo Construye, que usó la figura de Fernando Villavicencio y ahora está casi extinto.
En esto coincide el analista político César Febres Cordero: “Toda mi vida escuché que decían que el PSC ya estaba muerto y ahí sobrevive. El correísmo es un movimiento joven. Correa ha sido su primer caudillo y se quedará por más tiempo”. Pero sí considera que la Revolución Ciudadana tiene una crisis, de la cual es culpable su propio caudillo.
“El correísmo siempre ha tenido al interno una confrontación entre las tendencias más conservadoras y más progresistas o entre los ambientalistas y desarrollistas. Pero eso no importaba porque Correa zanjaba las diferencias. Con Correa lejos esto se vuelve cada vez más evidente y se van a ver más fisuras tras la amplia victoria de Noboa”, acota Febres Cordero.
Las causas de la crisis del correísmo
El hecho de que nuevos movimientos emerjan y vivan del discurso anticorreísta da cuenta que está vigente y lejos de desaparecer. La última elección mostró que hay un 44 por ciento de la población que confía en ese proyecto político, mientras que el 56 por ciento desconfía de él.
Por eso, la victoria del presidente reelecto, «más que un respaldo a Noboa, fue un rechazo al regreso de la Revolución Ciudadana. La narrativa sobre el narcotráfico, la dolarización en peligro y los vínculos con Venezuela fueron eficaces para generar temor», dice la politóloga Selene López.
En este sentido, López considera que no se trató de una campaña de propuestas, sino de relatos para explotar los errores ajenos. Al correísmo le tocará replantear su narrativa y buscar la manera de que sus candidatos no vivan a la sombra del caudillo, y que ganen o pierdan los votos, no por la figura de Correa, sino por el liderzgo de cada uno.
De momento, los analistas dicen que la fractura que evidencia la cúpula correísta con Pabel Muñoz y el resto de autoridades seccionales, por el reconocimiento del triunfo de Noboa se puede leer de dos maneras.
La primera, que alcaldes y prefectos necesitan una buena relación con el Presidente porque dependen de los recursos asignados por el Estado central. Y lo segundo, podría ser una presión de estos líderes a la cúpula del correísmo para cambiar de estrategias y ampliar su base de votación. Quizás buscar alianzas más amplias, a las que el correísmo siempre ha sido esquivo porque hizo de la confrontación su bandera.
La elección demostró que Luisa González apenas creció unos 160 mil votos entre la primera y segunda vuelta, mientras que Noboa ganó 1,3 millones de votos adicionales. Eso quiere decir, al menos en teoría, que la alianza con Leonidas Iza y Pachakutik no le sumó nada. Mucho menos la alianza con Jan Topic en los últimos días de campaña.

Según el análisis de Javier Rodríguez, PhD en Sociología, en Cotopaxi, por ejemplo, donde Iza alcanzó parte importante de su votación, Luisa creció un 37 por ciento en la segunda vuelta, pero Noboa creció un 68 por ciento . En Pichincha, González creció solo 4 puntos porcentuales, mientras que Noboa obtuvo 32 incrementando su votación en un 32 por ciento. Pero en provincias como Santo Domingo, El Oro y Guayas, el correísmo incluso decreció. Es decir, votos que obtuvieron en primera vuelta, en el balotaje se fueron a Noboa.
Rodríguez dice que todavía es muy pronto para sacar conjeturas y que los resultados a nivel cantonal y parroquial permitirán ver con mejor precisión dónde está estancándose el correísmo y por qué Noboa creció tanto, más allá de las hipótesis que ya se han esgrimido.
Lo cierto es que el correísmo tendrá que replantear su estrategia, porque parece que su discurso ya no está actualizado con las demandas de las nuevas generaciones. Les pasa a todos los partidos politicos. Y mientras no haya movimientos estructurados y con base electoral, el correísmo seguirá siendo la mayor fuerza política. El tiempo dirá si Daniel Noboa y ADN le arrebatan ese puesto. Fuente: Vistazo
Nacionales
Yaku Pérez en Diario El Amazónico: «El correísmo cosechó lo que sembró»

En una entrevista concedida al espacio de entrevistas de Diario El Amazónico, el excandidato presidencial Yaku Pérez realizó un análisis sobre el tema político profundo y sin ambages sobre el reciente escenario electoral en el Ecuador, subrayando lo que él considera las causas del debilitamiento del correísmo y el ascenso del presidente Daniel Noboa.
Desde el inicio de la conversación, Pérez afirmó con claridad: “El correísmo cosechó lo que sembró: una dosis enorme de prepotencia, de arrogancia y de desprecio de los ecuatorianos”, refiriéndose al desgaste político que, según él, fue generado por acciones autoritarias durante el gobierno de Rafael Correa y sostenidas por sus aliados políticos.
El líder indígena y defensor del agua recordó casos emblemáticos de atropello a los derechos humanos y persecución política. “Fuimos brutalmente golpeados, criminalizados, judicializados. Hubo más de 850 casos de criminalización de la protesta social en ese gobierno”, sostuvo, haciendo referencia a los conflictos socioambientales en la Amazonía ecuatoriana, que costaron la vida de defensores indígenas como Bosco Wisuma, Freddy Taish y José Tendetza.
Asimismo, sobre los actos de represión contra periodistas y medios de comunicación, recordando la clausura de Diario Hoy, la persecución al Diario El Universo, y las descalificaciones proferidas por el expresidente Correa hacia comunicadores como Carlos Vera, Jorge Ortiz y la fallecida periodista cuencana Sandra Uchuari. “No solo fue una actitud de irrespeto hacia la libertad de prensa, sino también una conducta sistemáticamente misógina”, puntualizó.
En el plano económico, Pérez criticó fuertemente las declaraciones de figuras del correísmo sobre una posible salida de la dolarización. “Eso generó miedo e inestabilidad. Si no fuera por el dólar, estaríamos atravesando una hiperinflación como en Venezuela”, expresó, asegurando que ese tipo de discursos alejaron el respaldo popular hacia la candidatura de Luisa González, quien, según dijo, perdió apoyo en regiones clave como la Sierra y la Amazonía.
El excandidato también se refirió al controversial caso conocido como “La Liga Azul”, que revelaría presuntos intentos del correísmo de cooptar instituciones clave del Estado, como la Corte Constitucional, la Fiscalía General y la Superintendencia de Bancos. En este contexto, mencionó con preocupación los chats filtrados entre altos miembros de dicha agrupación política, incluyendo expresiones de menosprecio hacia el movimiento indígena, tildándolos de “cavernícolas” o “empleados domésticos”. Pérez aseveró: “Ese odio patológico hacia los indígenas no ha sido olvidado por el pueblo”.
Al referirse al resultado electoral que dio la victoria a Daniel Noboa, Pérez fue categórico: “El triunfo de Noboa no fue tanto por méritos propios, sino por los desméritos de su contendora”. Destacó que el temor colectivo a una posible restauración del correísmo fue uno de los factores decisivos del voto mayoritario. Sin embargo, fue enfático en señalar que aún mantiene reservas respecto al nuevo gobierno: “Yo quisiera equivocarme por el bien del país, pero ese año y medio de administración nos da pistas claras sobre lo que puede venir”.
Yaku Pérez también cuestionó el vínculo del presidente Noboa con intereses empresariales. “Representa a las élites económicas. No es resentimiento. Bien que haya ricos, pero que paguen impuestos. No puede ser que el padre del presidente, que adeuda 90 millones al Estado, no reciba ninguna acción fiscal”, denunció. También mencionó la reciente condonación de aproximadamente 2.500 millones de dólares a empresarios morosos, aprobada con apoyo del correísmo: “Esto desincentiva al empresario honesto que cumple con sus obligaciones tributarias”.
Finalmente, Pérez concluyó que el Ecuador se enfrenta a un desafío histórico: “El país no solo necesita alternancia en el poder, necesita una transformación ética profunda que devuelva la confianza en las instituciones, en la democracia, en la equidad social y en el respeto a la diversidad cultural y ambiental”.
Este diálogo deja al descubierto un conjunto de problemáticas estructurales que, en opinión del excandidato presidencial, deben ser abordadas con responsabilidad, transparencia y visión de país, si el nuevo gobierno desea verdaderamente inaugurar una etapa distinta para el Ecuador.
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