Internacionales
El último debate presidencial en Chile desnuda a un incómodo candidato de la derecha extrema
A seis días de las elecciones, José Antonio Kast, uno de los favoritos para pasar a la segunda vuelta, de acuerdo con los últimos sondeos, comete errores evidentes y no se le observa ni seguro ni sonriente.
A seis días de las presidenciales del próximo domingo 21, los candidatos a la presidencia de Chile se han visto la cara por última vez en el debate organizado por la Asociación Nacional de Televisión de Chile, Anatel. En un ejercicio de dos horas y 45 minutos, donde se abordaron asuntos clave como la gobernabilidad, la seguridad pública y el medio ambiente, la ciudadanía ha podido ver el desempeño de seis de los siete candidatos que estarán en la papeleta, porque el séptimo –el populista Franco Parisi– ha hecho una campaña virtual desde Estados Unidos sin pisar Chile, aprovechando un vacío de la legislación chilena. Con un rating en torno a los 40 puntos, lo que equivale a unos 3,1 millones de televidentes, una de las principales conclusiones de la noche fue el bajo desempeño de uno de los candidatos favoritos de acuerdo con las encuestas, el representante de la derecha extrema, José Antonio Kast.
No se le vio ni seguro ni sonriente como en los debates anteriores, donde no tenía sobre su espalda la presión por encabezar varios de los últimos sondeos. Fue precisamente este despliegue del que no tiene nada que perder el que lo hizo subir en las encuestas, hasta llegar a empatar y superar incluso a su principal contrincante, el diputado Gabriel Boric, el candidato del Frente Amplio de izquierda en alianza con el Partido Comunista, otro de los favoritos para pasar a la segunda vuelta del 19 de diciembre. En la órbita de Donald Trump y de Jair Bolsonaro, pero sin sus estridencias, al abogado de 55 años le cambió el semblante cuando Boric, prácticamente al comienzo del debate, le enrostró distintas iniciativas polémicas contenidas en su programa. El diputado de izquierda lo hizo con el documento en la mano y citando las páginas, lo que dejó desconcertado a Kast, enredado entre las hojas de su propio programa. “Aquí hay una serie de actos discriminatorios que ponen en riesgo avances que han sido sustantivos en materia de respeto a los derechos humanos de todos y todas. Y acá lo importante es que necesitamos un presidente de todos los chilenos, que sea capaz de escuchar. ¿Han visto a José Antonio Kast pactar con alguien que piense diferente?”, aseguró en otro momento Boric.
Fue un debate con fuertes críticas cruzadas entre los distintos postulantes a La Moneda, pero fue Kast, que mostró un semblante cansado, el principal blanco del resto de los competidores. Comenzó sus intervenciones con una bandera de Cuba y manifestando su apoyo a la ciudadanía que este lunes intentó movilizarse en la isla contra el régimen y una de las primeras preguntas que le hicieron los periodistas apuntó a la comparación que hizo el viernes entre la dictadura de Pinochet y el régimen de Ortega en Nicaragua. En referencia a las primeras elecciones democráticas chilenas de 1989, con el militar todavía en el Gobierno, Kast aseguró: “No se encerró a los opositores políticos”. En el debate de esta noche, el candidato del Partido Republicano dijo que se le interpretó errónea o maliciosamente, porque nunca ha desconocido las violaciones a los derechos humanos.
Pero hubo tres caídas especialmente evidentes: cuando le consultó a una de las entrevistadoras si estaba casada, cuando aseguró no estar de acuerdo con su propio programa en una iniciativa relativa a la energía y al reconocer que no conocía el PIB tendencial de Chile. El candidato conservador –que basa su discurso en el orden, el crecimiento económico y el control de la inmigración–, mostró su debilidad en temas económicos, un frente especialmente conflictivo para el candidato Boric, que en este debate no cometió grandes errores, pero tampoco brilló entre los competidores.
En medio de un período de veda de las encuestas –por ley no pueden ser publicadas 15 días antes de las elecciones–, no resulta evidente si este debate llegará a inclinar la balanza en los días finales de la carrera a La Moneda, pero existe consenso que en esta presidencial polarizada y competitiva cada acierto y error puede resultar determinante. Mientras el postulante de la izquierda defendió la columna vertebral de su programa de Gobierno, los cambios estructurales profundos, se ocupó de dar ciertas señales de moderación en lo económico y en el orden público.
Como a Kast, la situación de Nicaragua ha complicado al diputado de 35 años, porque sus socios del Partido Comunista publicaron una carta de apoyo al régimen, aunque parte de la nueva generación de esta formación y el propio candidato tomaron distancia. Un segundo momento de tensión se produjo cuando se le consultó por una denuncia de acoso sexual que reflotó en los últimos días en Chile, que dataría de comienzos de los 2000, cuando era presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile. “No hay hoy una acusación presentada, pero estoy totalmente disponible para cualquier tipo de investigación, porque no basta que yo afirme mi inocencia. Se le tienen que entregar todas las garantías a quienes se han sentido y han sido víctimas de acoso, abuso o maltrato”, aseguró el abanderado de la izquierda.
Mientras Kast no mostró precisamente su mejor desempeño en la última puesta en escena común ante la opinión pública –en un momento hizo callar a Boric, visiblemente ofuscado–, el abanderado del oficialismo, Sebastián Sichel, se manejó como no lo había hecho en los anteriores debates, lo que mantienen vivas sus esperanzas de pasar al balotaje. Ganador de las primarias del sector celebradas en julio, mostró las cartas de una derecha moderna, no extrema, en la línea de diferenciarse de Kast, que lo fue superando en las encuestas con el correr de las semanas. Mientras tanto, la única mujer candidata, Yasna Provoste, abanderada democristiana, defendió el legado de la Concertación de centroizquierda que gobernó Chile, aunque no haya sido precisamente un eje durante su campaña. “Somos herederos de esa Concertación que ha logrado reducir la pobreza, que ha dado estabilidad, que ha dado gobernabilidad”, aseguró la senadora, que no ha logrado diferenciarse exitosamente de Boric y que tiene limitadas opciones de pasar al balotaje, al menos de acuerdo a los sondeos.
Desde el mismo progresismo, Marco Enríquez Ominami –que postula por cuarta vez a La Moneda– fue el principal francotirador de la noche. Con habilidad comunicativa y gran desplante ante las cámaras, apuesta por convencer a la ciudadanía de que tiene mejores opciones que Boric de ganarle a Kast en la segunda vuelta. En el extremo izquierdo, el candidato Eduardó Artés, un profesor ultra, que aseguró que él mismo encabezaría las protestas contra un Gobierno propio.
Con siete competidores, ninguno sobrepasa el 30% de la adhesión, de acuerdo con las últimas encuestas, y un 23% de los electores todavía estaría indeciso, por lo que la participación electoral en un sistema de voto voluntario será un factor determinante que podría inclinar la balanza. (I)
Internacionales
Ucrania dispara misiles estadounidenses contra Rusia, pese a amenaza de Putin con armas nucleares
Ucrania afirmó este martes que disparó misiles de largo alcance suministrados por Estados Unidos contra territorio ruso, inaugurando una «nueva fase de la guerra«, según Moscú, que volvió a blandir la amenaza nuclear.
Un alto funcionario confirmó a AFP en Kiev que el ejército ucraniano había bombardeado la región fronteriza rusa de Briansk con misiles estadounidenses de largo alcance ATACMS, después de que Rusia denunciara ese ataque.
El canciller ruso, Serguéi Lavrov, afirmó que ese ataque abre una «nueva fase de la guerra de Occidente contra Rusia» y prometió una respuesta acorde, en declarsaciones a la prensa en Rio de Janeiro, donde participó en la cumbre del G20.
El presidente ruso, Vladimir Putin, no se refirió directamente a esa nueva situación, pero este martes firmó un decreto que amplía las posibilidades en las cuales su país podría recurrir al uso de armas nucleares.
Esas posibilidades incluyen la de usar armas nucleares contra un país sin armas atómicas, como Ucrania, pero apoyado por una potencia nuclear, como Estados Unidos.
El Kremlin explicó que esa medida era «necesaria para adaptar nuestros fundamentos a la situación actual».
Putin advirtió en septiembre que los países de la OTAN estarían «en guerra con Rusia» si le permitían a Ucrania atacar territorio ruso con misiles occidentales de mayor alcance.
Según el ejército ruso, «a las 03H25 (00H25 GMT), el enemigo atacó con seis misiles balísticos un emplazamiento en la región de Briansk», cerca de la frontera ucraniana.
La defensa antiaérea rusa logró destruir cinco proyectiles y daño uno, agregó.
Lavrov aseveró que no es posible usar esos misiles «sin la ayuda de expertos y de instructores de Estados Unidos», que brindan «datos satelitales, la programación y el objetivo».
Además, consideró que el uso de los misiles ATACMS contra el territorio ruso es «una señal» de que Ucrania y Occidente «quieren una escalada«.
– «Ucrania puede vencer a Rusia» –
Ucrania, confrontada a una invasión rusa desde hace casi tres años, pedía desde hacía tiempo la autorización de usar armas occidentales de largo alcance para atacar bases desde las cuales Rusia lanza sus bombardeos y contrarrestar el avance de las tropas rusas en el este.
En un mensaje ante el Parlamento ucraniano por los mil días desde el inicio de la invasión rusa en febrero de 2022, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, dijo que «Ucrania puede vencer a Rusia».
«Es muy difícil, pero tenemos la fuerza interna para lograrlo», aseguró bajo los aplausos de los parlamentarios.
No obstante, el presidente admitió que Kiev podría tener que esperar la era post-Putin para «restaurar» su integridad territorial. Actualmente Moscú ocupa cerca del 20% del territorio ucraniano.
Es la primera vez que Zelenski reconoce que su país tendría que aceptar, al menos durante un tiempo, perder los territorios ocupados por el enemigo. Fuente: Vistazo
Internacionales
Elon Musk, orgulloso del apodo de «primer amigo» del presidente electo Donald Trump
“No consigo echarle de aquí”. Donald Trump bromeaba el jueves 14 de noviembre de 2024 en un acto en su mansión de Mar-a-Lago, en Palm Beach (Florida) sobre cómo el hombre más rico del mundo se ha convertido en su sombra. Elon Musk, en un mitin junto a Trump; Elon Musk, en otro mitin acompañando a Melania Trump; Elon Musk, en la fiesta de celebración de la victoria electoral; Elon Musk, al teléfono en la primera llamada del presidente electo con Volodímir Zelenski; Elon Musk cantando con el tenor Chris Macchio; Elon Musk, acompañando a Trump en el avión en que fue a Washington a reunirse con Joe Biden en la Casa Blanca; Elon Musk, en la reunión del grupo republicano de la Cámara de Representantes; Elon Musk, entrevistándose con diplomáticos iraníes; Elon Musk, con Javier Milei y el propio Trump en Mar-a-Lago. Elon Musk… en todas partes.
“¡Estoy feliz de ser el primer amigo!”, tuiteó Musk cuando le atribuyeron esa especie de título protocolario, a semejanza del de primera dama. “Elon alcanza el estatus de tío”, bromeó por su parte Kai Trump, nieta del presidente electo. El multimillonario posó con su hijo X para la foto familiar de Trump de celebración de la victoria electoral. “Elon, tienes que hacerte una foto con tu chico. Tenemos que poner a Elon con su chico. Ese hermoso y perfecto chico”, se le escucha a Trump invitar a su aliado en los vídeos que captaron el momento.
Por su multimillonaria fortuna de más de USD 300.000 millones, por su dominio de la red social X, por su cercanía e influencia sobre el presidente electo y por su misión de eliminar regulaciones y organismos federales, el jefe de Tesla, SpaceX, xAI y X se ha convertido sin duda en el ciudadano privado más poderoso de Estados Unidos.
Musk ha pasado en Mar-a-Lago la mayor parte del tiempo desde las elecciones. Su avión privado aterrizó en el cercano aeropuerto de West Palm Beach el mismo 5 de noviembre y estuvo allí unas 24 horas, según la cuenta @ElonJet en Bluesky, que utiliza datos de vuelo disponibles públicamente. El jet despegó de West Palm Beach el miércoles 6 de noviembre y se dirigió a Austin (Texas), donde Musk tiene una casa, pero regresó el viernes 8 de noviembre y se quedó allí hasta el miércoles 13. Ese día, el magnate viajó a Washington a bordo del avión de Trump, aunque le siguió su propia aeronave, que regresó a Florida por la tarde. En Washington, en la reunión con congresistas, el republicano bromeó también con el hecho de que el empresario se haya convertido en su sombra: “Elon no se va a casa. No puedo librarme de él”.
El presidente electo le elogió en esa reunión, en la que se llevó una gran ovación de los congresistas, algunos de los cuales se sacaban fotos con él. En sus apariciones en el comedor del club de Mar-a-Lago, Musk también ha sido recibido con una algarabía similar a la que provoca Trump.
Durante estos días en que apenas se ha separado de Trump, Musk ha estado opinando de todo. De las políticas a seguir, de los nombramientos, de las relaciones exteriores… hasta el punto de que algunos medios estadounidenses apuntan que su papel ha sido más activo que el de los jefes formales del proceso de transición de poder, Howard Lutnick y Linda McMahon. Su protagonismo ha despertado algunos recelos ―o quizá directamente celos― entre otros aliados de Trump con mayor solera.
El propio Musk se atribuye parte del mérito de la victoria del republicano, que superó a la demócrata Kamala Harris en los siete Estados decisivos y se impuso también en el voto popular por una diferencia de entre dos y tres millones de votos (algo menos de dos puntos). Aportó alrededor de USD 200 millones a la campaña republicana a través de su organización America PAC, dio mítines en solitario en Pensilvania y no dejó de hacer propaganda trumpista desde su red social. No solo porque tiene 205 millones de seguidores, sino porque favorece con el algoritmo la difusión de sus mensajes y los de su organización, y porque ha dado voz a activistas ultraconservadores.
Musk ha sido uno de los protagonistas inesperados de la campaña de las presidenciales. Ya en mayo se supo que Trump contaba con él para su equipo si este ganaba las elecciones. Más adelante, el propio candidato confirmó que le encargaría una reforma “drástica” de la Administración si resultaba elegido. Incluso en la junta de accionistas de Tesla de junio, Musk habló de su relación con el republicano, y de cómo le llamaba a veces. “Me llama sin motivo. No sé por qué, pero lo hace”, dijo.
Se percibe a Musk tan poderoso que algunas de las marcas que renunciaron a anunciarse en su red social por el auge del discurso de odio están volviendo al redil en un aparente intento de congraciarse con su dueño. “Solo quiero decir que agradecemos mucho que las grandes marcas vuelvan a anunciarse en nuestra plataforma”, tuiteó Musk comentando una información en la que se señalaba que IBM, Disney, Comcast, Discovery, Warner Bros y Lionsgate habían vuelto a insertar publicidad tras una larga sequía.
Musk ya había puesto nombre al puesto que quería ocupar. “Necesitamos el Departamento de Eficiencia Gubernamental”, señaló en octubre en un mitin en Pensilvania, subrayando sus siglas en inglés, DOGE, un guiño a Dogecoin, la criptodivisa derivada de bitcoin que usa un perro como mascota y que él apadrina. “DOGE en una placa de bronce. Va a ser increíble”, añadió.
Trump anunció esta semana que al frente del DOGE no solo estará Elon Musk, sino también el que fue candidato a las primarias republicanas Vivek Ramaswamy, que no resistió el primer asalto en aquella contienda. “Juntos, estos dos maravillosos estadounidenses allanarán el camino para que mi Administración desmantele la burocracia gubernamental, reduzca drásticamente el exceso de regulaciones, recorte los gastos superfluos y reestructure las agencias federales”, señaló Trump al anunciar la designación. Fuente: Primicias
Internacionales
Lanzan lodo a los Reyes de España durante su visita a Valencia tras la DANA
La reciente visita de los Reyes de España a Paiporta, una de las zonas devastadas por la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA), se tornó caótica cuando algunos vecinos, furiosos por la falta de apoyo, lanzaron lodo a la Reina Letizia y al Rey Felipe VI.
En medio del tumulto, Letizia terminó con barro en el rostro y en sus manos.
La tensión escaló cuando varios habitantes de Paiporta arremetieron contra el coche de Sánchez, que resultó dañado al intentar salir del área.
La DANA, también conocida como «gota fría», provocó un saldo trágico de 217 muertos en la provincia de Valencia.
Las intensas lluvias y las inundaciones atraparon a personas en centros comerciales, tejados y vehículos.
A pesar de la intención de los Reyes de solidarizarse con los damnificados y escuchar sus necesidades, muchos en la comunidad expresaron frustración por la gestión de la crisis, exigiendo mayor atención y recursos. Fuente: El Telégrafo
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